Viaje al corazón de tu marca

La identidad es un viaje; no un destino.

Si hay algo que nos obsesiona en Tangram One, es el misterio de la identidad. Y no, no estamos hablando de qué tipo de persona eres dependiendo si eliges a Squirtle o a Charmander (nadie elige a Bulbasaur, aceptémoslo). Nos referimos a la gran pregunta existencial: ¿quiénes somos realmente? ¿Cómo nos definimos? ¿Y por qué me hice ese corte de mohicano durante la facultad?

Como Consultoría Creativa, nos enfrentamos todos los días a marcas y empresas que buscan no solo vender productos, sino construir una identidad auténtica. Es ahí donde entra nuestro método de Identidad Integral, que se basa en la conexión profunda entre la psicología, la semiótica y la narrativa de los arquetipos. Pero no estamos solos en esta travesía: hace poco nos topamos con un paper titulado “Why We Need to Establish an Integral Understanding of Identity” de Sladjana Starcevic, y quiero compartirles lo que aprendí de su investigación.

La Identidad No es una Selfie; Es un Ecosistema

Uno de los primeros golpes de realidad que nos da Starcevic es que la identidad no es algo fijo. Nos encanta pensar que somos seres únicos e inmutables, pero la verdad es que somos un collage en constante cambio. Más aún, nuestra identidad es un ecosistema, donde lo personal, lo cultural y lo social se entrelazan. 

Piensa en esto: si te hubieras criado en otra parte del mundo, con otros padres, otros amigos y otra cultura pop, ¿serías la misma persona? Probablemente no. Nuestra identidad se construye en relación con los demás. En otras palabras, no somos islas, somos más como redes de Wi-Fi interconectadas (algunas con mejor señal que otras, la verdad).

Este punto es crucial para el branding. Muchas marcas intentan definir su identidad como si fuera un logo estático en una tarjeta de presentación, cuando en realidad, las marcas son organismos vivos, en constante interacción con el entorno y la sociedad.

En Tangram One partimos de esa premisa: una marca no es lo que dice de sí misma, sino la conversación que genera con su comunidad. Su identidad es fluida, moldeada por el contexto, la audiencia y, sí, incluso los memes en los que aparece.

La Trampa de la Singularidad (O Por Qué Todos Queremos Ser Diferentes Pero Terminamos Siendo Iguales)

Todos queremos ser únicos, pero nuestra identidad se define por conexiones con otros. Es decir, la idea de que “ser diferente es lo importante” choca de frente con el hecho de que lo que nos hace sentir identificados con una marca, una comunidad u otra persona es encontrar puntos en común.

Si bien creemos que somos originales, la realidad es que nuestra mente está cableada con ciertos patrones universales que nos conectan con otros. Margaret Mark y Carol S. Pearson lo entendieron a la perfección cuando adaptaron los 12 arquetipos de Carl Jung al branding, mostrándonos que las marcas más poderosas no solo venden productos, sino que encarnan historias universales que resuenan con nuestra psique.

El Explorador, por ejemplo, representa la búsqueda de lo desconocido, el deseo de libertad y autenticidad. Marcas como Patagonia o The North Face han sabido aprovecharlo, convirtiendo su identidad en una invitación a la aventura.

Aquí en Tangram One, aplicamos estos conceptos en nuestro método de Identidad Integral para que las marcas no solo “inventen” una personalidad, sino que encuentren su arquetipo natural y lo usen como brújula en su comunicación. 

Porque al final, lo que hace que una marca sea memorable no es que sea “única”, sino que conecte de manera auténtica con su audiencia.

La Crisis de Identidad y el Síndrome del Camaleón

En el paper, Starcevic también habla de algo que nos toca de cerca: la crisis de identidad. Y no, no solo estamos hablando de esa fase en la que te compras ropa de un estilo completamente distinto porque “quieres reinventarte”. Nos referimos a esa sensación de no saber exactamente quién eres porque dependes demasiado del entorno.

Muchas marcas sufren este síndrome del camaleón: cambian su identidad dependiendo de las tendencias, sin un núcleo claro. Hoy quieren ser minimalistas, mañana maximalistas; hoy son ecológicas, mañana hacen fast fashion. ¿El resultado? Confusión total.

En nuestro método de Identidad Integral, enseñamos a las marcas a definir un núcleo de identidad sólido. Sí, pueden evolucionar y adaptarse, pero siempre deben mantener una esencia clara y reconocible. Un buen ejemplo es Apple: ha cambiado su estética y productos con los años, pero sigue siendo la marca de la innovación y la simplicidad.

Las personas y las marcas necesitamos cierto nivel de flexibilidad, pero sin perder el norte. Porque, como dice Starcevic, una identidad fragmentada puede hacer que perdamos autenticidad y sentido de dirección.

Construyendo Identidades en la Era Digital (O Por Qué Tu Yo de Instagram No Es Real)

 No podemos hablar de identidad sin mencionar el mundo digital. Starcevic nos recuerda que la tecnología ha cambiado radicalmente la forma en que nos percibimos. Hoy, nuestra identidad no solo vive en el mundo físico, sino también en el online.

Aquí es donde entra en juego un fenómeno interesante: la identidad digital vs. la identidad real. Todos hemos visto cómo las redes sociales pueden distorsionar la percepción que tenemos de nosotros mismos y de los demás.

Para las marcas, esto significa que ya no basta con tener un logo bonito y una buena campaña publicitaria: su identidad debe ser coherente en todas sus plataformas, desde el sitio web hasta los comentarios en redes sociales.

Nuestro método de Identidad Integral ayuda a que las marcas naveguen este mundo digital sin perder autenticidad. Si una marca quiere ser cercana y humana, no puede tener un servicio al cliente robótico que responde con mensajes automáticos. Si quiere ser innovadora, su presencia digital no puede parecer sacada del 2005.

El Viaje de la Identidad Nunca Termina 

Después de explorar el paper de Starcevic, hemos reafirmado algo que ya sospechábamos: la identidad es un viaje, no un destino. Tanto para las personas como para las marcas, definir quiénes somos es un proceso dinámico, lleno de influencias, cambios y momentos de crisis existencial.

En Tangram One creemos que la clave está en conocernos en profundidad, abrazar nuestra evolución y conectar de manera auténtica con los demás.

Porque al final del día, la identidad no se trata de crear una versión perfecta de nosotros mismos. Se trata de descubrir lo que realmente somos y tener el coraje de mostrarlo al mundo.

Y si todo falla, siempre puedes cortarte el mohicano. A veces, eso también ayuda.